Montado sobre un camión de carga cruce la frontera desde República Checa y llegue a esta ciudad del sur de Polonia.
Con el
sol a pleno en la tarde polaca, me descolgue del camión muy cerca del aeropuerto de la ciudad, a unos 15 kilómetros
del centro más o menos.
Todavía
un poco picado por las dos cervezas que me había invitado Andrè (el camionero) arriba del mionca y sin rastros de batería en el teléfono, tenía que encontrar la forma de llegar desde allí al centro de "krakow".
Algo
desorientado sobre mi situación geográfica y en plena ausencia de la inhibición para hacer el ridículo,
me encontré pidiendo indicaciones a una azafata italiana, fue
algo así como:
"Scusi
ragazza, ma tu sai como posso fare per andare in centro?" y sin dudarlo un
segundo la mina me explico que debía tomar el 208.
Y con esto comprobé un mito, la bebida afloja la lengua y ayuda a hablar otros idiomas.
Llego
el "duecento otto" y ya arriba del bondi me desnuque contra el vidrio, una autentica modorra de siesta, mientras el sol no paraba de patearme la cabeza a través de la
ventanilla.
Cada
tanto y empapado en sudor, me despertaba solo para mirar si el paisaje afuera
ya tenía cara de centro o no, y cuando empezaron a aparecer los grandes
edificios y parques me la jugué y me baje del colectivo sin saber ciertamente donde
estaba.
Quizás haya
sido porque el casco céntrico de Cracovia no es tan grande, pero por suerte me
baje a muy pocas cuadras del hostel donde pensaba pasar la noche.
Esta
vez todas mis solicitudes de couchsurfing.com habían quedado huérfanas de respuestas
positivas.
Pero no
contar con un anfitrión en la ciudad tampoco me preocupaba tanto, teniendo en
cuenta que Cracovia es quizás la ciudad más económica de toda Europa y prueba
de esto era la tarifa del hostel: 10 euros con desayuno incluido. Yo: feliz de
la vida.
Al día
siguiente el desayuno incluido fue tan generoso que decidí quedarme un día más,
pero era demasiado tarde, "we are full" me dijo la recepcionista.
Ya no
había lugar para mí y tempranito a la mañana no me quedo más opción que armar
la mochila de nuevo y salir a la calle a buscar otro techo.
El
cambio resulto positivo después de todo, porque encontré otro hostel muy cerca,
también con desayuno incluido pero esta vez a 8 euros. Golaso de mitad de
cancha.
Cerca
del mediodía, ya instalado de nuevo y
con mapa en mano salí a conocer un poco la ciudad y cambiar algo de dinero porque aquí en
Polonia no juega el euro, lo que corre es
el "Zloty", que en relación con el euro está parado 4 a 1 (algo así
como 7 pesos argentinos 1 Zloty).
Cerca del mediodía cuando
el hambre empezó a hacerse notar fue obligatorio pasar por un súper a
buscar el almuerzo. Un sanguche, una porción de piza y una cerveza de medio
litro, todo por 8 Zlotyes (50 pesos argentinos aprox.).
En
plena calle y con la botella en mano recordé lo que me habían advertido algunas
horas antes : "No bebas en la vía pública porque está prohibido".
Una
cerveza en la vía publica puede terminar costando hasta 30 euros de multa, pero
ya era tarde, la tapa de la botella había volado y solo quedaba empinar el
codo. Después de todo soy argentino y las leyes para nosotros (para bien o para
mal) a veces no se aplican.
Un poco
escondido, me senté a tomar tranquilo, y
mientras estudiaba la botella y su tapita, encontré un mensaje en polaco debajo
de la tapa. Algo ilusionado sobre su posible significado recurrí al traductor
de google....y si!!!
El
traductor me dio la buena noticia: "has ganado dos cervezas".
Tenía
en mis manos la tapita ganadora.
Pero no
fue nada fácil reclamar mi premio, camine media ciudad para lograr el canje,
porque curiosamente cuando regrese a enseñarle mi buena fortuna a la cajera del
súper donde había comprado la cerveza en primer lugar, me encontré con que esta
pobre mujer había sido víctima de un ataque de amnesia temporal y se le había olvidado
como hablar el ingles, pobre mujer, espero que este mejor.
Obvio
no iba a darme por vendido y por fin salí triunfante con mis dos cervezas
gratis de otro supermercado. Buena forma de terminar el sábado: final de
champions league y cerveza en el hostel.
Para el
domingo ya tenía todo planeado, conocer Auschwitz.
Estaba
todo cuidadosamente pensado, levantarme temprano, aprovechar el desayuno gratuito
del hostel, cargar agua en la botella y hacer la gran chavo del 8 y
contrabandear unos sanguchitos para llevar dentro de la mochila.
A las 08:05
salía el bus que debía tomar desde la estación central de Cracovia hacia Auschwitz,
solo tenía que caminar unas pocas
cuadras desde el hostel.
Claro que en mi plan yo no contaba con perderme en el camino, ni
con llegar a la estación 3 minutos tarde.
Esto en América del Sur no seria mayor inconveniente, después de todo son solo 3
minutos, pero esto es Europa y aquí 3 minutos son demasiados para la precisa puntualidad
europea.
A fin de cuentas, perdí el bus y no quedo más remedio que tomar el siguiente, tres veces más caro
que el de las 8 y 5 que quería tomar. Ni
modo.
Gaste
un poco más de lo pensado pero conseguir llegar a Auschwitz y gracias a la
credencial "ISIC Card" que me
acredita como estudiante en todo el mundo, recupere un poco de lo gastado de
mas en el bus porque conseguí un pequeño descuento, un 10%, para hacer la
visita guiada al museo en español. Fueron en total 45 zlotyes algo así como 14
dolares, totalmente fuera del presupuesto, pero definitivamente valió la pena.
La
mitad del domingo se me paso volando mientras recorría esta fabrica del horror
y escuchando algunas de las tantas historias de muerte y violencia irracional
que se dieron lugar ahí.
Cerca
de las tres pegue la vuelta a la ciudad y por suerte esta vez pude tomar el bus
barato, que después de las dos horas de viaje, me dejo de nuevo en la estación
central de la ciudad.
Por la
noche y de nuevo víctima del hambre hice otra visita mas al súper a buscar la
cena.
Las
visitas a los supermercados a esta altura se han vuelto algo muy divertido, y
que lleva su tiempo, porque claro ya desde Eslovaquia vengo comprando la comida
en los supermercados solo guiándome por su aspecto y obvio por su precio.
Se
imaginaran que son pocos los productos que tienen descripciones en ingles o
español. A veces no sé ni lo que compro,
se vuelve una lotería akimenticia.
La
última noche en Cracovia se pasaba sin mucho sobresalto, dormía plácidamente,
hasta que de nuevo y como la noche anterior, mi sueño fue interrumpido cerca de
las 5 de la mañana, cuando volvieron al cuarto estas dos españolas compañeras
de habitación.
Resulta
que estas dos "Gilipollas" entraron a los gritos y haciendo un ruido
excesivo teniendo en cuanta la hora, y mientras escuchaba como revolvían sus
valijas deseaba que encontraran dentro de ellas algunos buenos modales, pero se
ve que nunca los empacaron, "Ostia Tío".
Eso si ,admito me cague de risa cuando una de ellas largo un eructo de campeonato.
Ya la
noche anterior había pasado algo parecido y mientras las dos señoritas
conversaban en voz alta, cerca de las 4 de la mañana ,cuando todos los demás en
el cuarto dormían, tuve que interrumpir su conversación para pedirles algo de
silencio, sin embargo esta vez preferí ni siquiera molestarme conociendo un
poco mas con quienes estaba tratando.
Tolerancia
de por medio se paso el fin de semana en Cracovia, llego el lunes y ya con un anfitrión
Ucraniano esperando por mí en Lublin, ciudad Polaca a unos 200 y tantos kilómetros
al noroeste, estoy preparado para salir.
Para
moverme otra vez recurrí a la app "blablacar" y otra vez fue la
respuesta, porque un tal "Grzegorz", ofrecia compartir su auto para
viajar a Lublin por 10 euros.
Apelando
a la bondad del tal "Grzegorz" le envie un mensaje y le pedí viajar
por solo la mitad, 5 euros, primero claro le conté mi historia de aventura
trashumante europea y este polaco cuarentón me contesto: "Te espero a las 14 en la estación de
servicio de la calle zakopianska".
Tapita
ganadora primero, descuento de estudiante y ahora descuento de viajero
caraipiedra.
Casi
termino esta entrada y hasta el momento no les he contado mucho sobre Cracovia
como ciudad, y que puedo decir...otra ciudad bonita de Europa. Su casco céntrico
al menos, que tiene la particularidad de estar rodeado por un parque, el parque
planty, que lo envuelve como un anillo verde, lleno de arboles y césped, todo muy
bien cuidado.
Como
toda ciudad importante hay muchos turistas, lo bueno es que aquí los precios son accesibles, y hay
mucho para hacer y para conocer, sobre todo de lo que dejo aquí la segunda
guerra mundial (Auschwitz, la fábrica de
Schindler, etc).
y como dato curioso vale la pena contarles que aunque
no se puede beber alcohol en la vía publica, no es raro ver algún cuerpo doblado
del pedo dando tumbos por el suelo.
Los que rompemos las reglas no solo somos los sudamericanos.
Citando la frase piojosa: "el que mata los sueños merece una condena", quiero recordarte que tenes la obligación de salir en búsqueda de eso que queres, que tenes la obligación de ser feliz
Por eso te invito como siempre, dejarlo todo y salir del encierro en búsqueda de aquello que sentis que falta en tu vida
DEJA TODO Y VAMOS!!!.
El convincente cartel que me llevo a Cracovia.
Si bebe no conduzca.
"Good" con el amigo Andrè.
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| Hay ganador!. |
Castillo de Wawel.
Se siente el verano aquí en Polonia, 30º por la tarde.
Dentro del Castillo de Wawel.
Vista al rió desde el castillo.
Revoleando los trapos en la Plaza del Mercado.
Puerta de San Miguel, torre de vigilancia medieval que protegía a la ciudad.
Como el Louvre, el museo de Cracovia se encuentra debajo de una pirámide de cristal.













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