Políticos
corruptos, protestas con víctimas mortales en la capital del país, campos de
trigo y cielo azul.
Un país pobre pero con buena gente y uno que otro ladrón suelto.
El
deseo de pertenecer a Europa y de desarrollar la industria nacional.
No estoy
hablando de Argentina sino de Ucrania.
Es asombroso como las cosas se parecen cuando uno las mira desde la
perspectiva indicada.
Incluso la relación
de la moneda ucraniana frente al euro es la misma que la de la moneda argenta:
1 a 30.
Así que
no hace falta mucha matemática para darse cuenta de lo barato que resulta todo,
por ejemplo viajar en el subte 5 rph (grivña) un almuerzo ejecutivo típico en
un restorán 70 rph o mejor dicho 70p.
Una botella de gaseosa de medio litro 10p, una café con leche
con todo el estilo del mundo 40p, un sanguche 20p, una noche en un hostel
barato 150p
En cuanto a lo que dije sobre la buena gente, a través de algunas historias voy a contar porque venir a este país fue descubrir una patria plagada de buena gente.
El
idioma, la primer barrera
Resulta
curioso como a veces el idioma se convierte en una barrera entre las personas y sus ideas, pero poco importa eso aquí en Ucrania, donde a pesar de que no toda la gente hable
ingles (y obvio no tienen porque hacerlo) ellos harán todo lo que este a su alcance para
ayudarte, la bondad no
distingue lenguajes.
El dedo
como medio de transporte
Llegue
a Ucrania desde Polonia. desde Lublin Polonia a Kovel Ucrania.
La frontera y su control la cruce arriba de una furgoneta, con dos ucranianos que no hablaban una sola
palabra de ingles pero aun asi me llevaron con ellos. Ahí pude sacarle el jugo al poder del traductor de google, y aplicación
mediante uno de estos dos ucranianos despejo muchas de sus dudas acerca de mi
manera de viajar, me pregunto desde donde venia, a que me dedicaba, cuánto
dinero tenia, hacia donde me dirigía etcétera....hasta que sus preguntas se
centraron en si yo tenía hermana y cuantos años tenia y donde vivía y si era
soltera.....ucraniano pillo.
Rivne y
la venta de humo
A veces
llegas a al lugar indicado en el momento exacto, eso fue lo que paso en Rivne,
y por eso fue que pude hacer una presentación ante poco mas de 12 jóvenes que
con los ojos bien abiertos y toda su atención puesta en mi aun imperfecto
ingles, escucharon entusiasmados las aventuras y las peripecias de mis viajes.
Resulto
ser que mi anfitrión Olek (el mismo de Lublin, Polonia), debía hacer una presentación para una fundación que
trabaja con jóvenes en proyectos regionales, y esta vez se centraba en la
temática de viajar.
Así que fue idea de Olek la de darme la posibilidad de hacer una presentación y yo no lo dude, allá fui con mi cara dura a
prueba de chichones y mi "inglish" que aun necesita una buena pulida, pero que alcanzo para transmitir el entusiasmo por viajar a esta docena de
jóvenes ucranianos, junto con algunos consejos para viajar a dedo y la
incitación constante a que sigan sus sueños, porque solo se vive una vez.
El
momento incomodo
La
mañana cuando salí a la ruta a hacer dedo para llegar a Kiev, y luego de
algunas indicaciones poco precisas por parte de mi anfitrión en Rivne, me
encontré ya en las afueras del pueblo exhausto de caminar.
Pare
a descansar un poco, y ahí se aparecieron estos dos personajes ucranianos,
preguntándome algo de Kiev que yo cometí el error de responder, diciendo, "si voy a Kiev".
Nunca
entendí lo que me decían sobre Kiev, interpreto que lo que
querían era ayudarme y decirme que el bus a Kiev salia pronto, que los siguiera que ellos
me llevarían a la parada.
Por
supuesto nunca los seguí, y ellos en lugar de marcharse se acercaron aun mas,
uno de ellos se sentó al lado mio y mientras me quería enseñar algo en su
teléfono el otro parado en frente intentaba hablar algo en ingles, yo a esa
altura ya me veía a las piñas limpias tratando de defender mi mochila.
Nada de esto paso y luego de un rato se fueron, solo un momento incomodo sin consecuencias.
Ella pago
por el taxi.
En
medio del mar de gente que es Kiev, conocí a esta chica, Yulia, ucraniana
entusiasmada de conocer viajeros y escuchar de sus historias.
Compartimos una tarde, mi ultima en Kiev antes de partir a Chernihiv. Caminamos por la ciudad, ella me enseño algunos rincones ocultos y me contó las historias que esconden.
Después me invito un café, que no me permitió pagar y cuando
toco despedirse me acompaño a la parada del autobús, a donde tenes que ir me
pregunto?
Le
enseñe el mapa y las referencias que tenia en mi teléfono, su respuesta fue "Nie nie nie".
Yulia pesco el celular de su bolso y en dos minutos tenia un taxi en frente mio, "yo
pago" me dijo.
Se justifico explicándome que la zona a la que yo tenia que ir era muy peligrosa de noche, y que ademas tenia que caminar mucho para llegar al departamento desde la parada donde tenia que bajarme.
El taxi en cambio te deja en la puerta. Me deseo la mejor de las suertes y nos despedimos con un abrazo.
Delivery
de Frutillas
Esperando
en una garita y aprovechando la única sombra al costado de la ruta intentaba
hacer dedo, desde Kiev a Chernihiv.
Ahí fue por donde paso por este pibe andando en bici, que cuando me vio me
miro con curiosidad y a su mirada curiosa le devolví un saludo de cejas.
Segundos después, el de nuevo regresando.
En
ucraniano me saludo y en ingles me disculpe por no hablar su idioma.
En ingles entonces nos presentamos, charlamos un poco. Me explico que el admiraba a los viajeros y que el alguna vez quería hacer lo
mismo. Me revoleo algunas preguntas como de donde sos, a donde vas, te gusta Ucrania? Me deseo mucha suerte y siguió viaje.
Algo así como una hora después, de nuevo este pibe en su bici, esta vez en
sentido contrario y yo aun en el mismo lugar, esperando que mi dedo haga efecto.
Otra vez se acerco.
Me contó que venia de unas plantaciones de frutillas que estaban cerca, abrió la mochila y me ofreció, queres?
Entendí que era generosidad plena, y ademas yo no había almorzado y el hambre empezaba a hacerse presente, así que por supuesto que acepte un puñado de frutillas frescas.
Realmente lamento no recordar el nombre de este genio.
Y estas
cosas son las que a veces no entiendo, como el mundo esta tan jodido si hay
tanta gente buena en todos lados?
Desinteresados,
generosos, con buena onda, sin buscar nada a cambio, mas que ayudar y compartir.
El ángel de la carretera
Fueron
casi 5 horas las que pase al costado de la ruta a las afueras de Chernihiv intentado encontrar quien me llevara hasta Homel, Bielorrusia.
Los autos que no se detenían y tampoco el tiempo, mientras, yo seguía ahí parado con mi cartelito y mi camiseta de argentina.
En eso se
aparece este gringo que me pregunta, porque no tomas el autobús? nadie te va a llevar desde aquí.
No necesito muchos mas argumentos para convencerme de que un bus era mi mejor opción, a partir de ahí este loco me acompaño de regreso a la
ciudad de Chernihiv, el pago los boletos de el bus, y ya en la ciudad me ayudo a tomar otro colectivo mas hasta la estación de autobuses, de nuevo el pago los boletos y en la estación fue el
quien pregunto todo por mi, de donde salia el bus, a que hora, cuanto costaba, todo en ucraniano.
El, Roman, me traducía todo al ingles y una vez tuve el pasaje en mano, (que me costo 105 de los 120 que tenia en
total) Roman, de Estonia, me deseo mucha suerte, me dio la mano y como apareció desapareció.
Este pibe me
salvo el día, porque con la ultima luz del día llegue a Homel, Bielorrusia.
Por suerte esta vez no cometi el mismo error y intercambiamos datos con Roman, mi primer amigo de Estonia en Facebook.