Mientras
espero al costado del camino en las afueras de la ciudad, con la intención
de que alguien lea el cartelito de cartón que fabrique y me lleve hacia
otra ciudad, recuerdo que antes de llegar a Bratislava dos días atrás la única
referencia que tenia de la ciudad era la de la película "Euroviaje
Censurado", donde un grupo de mochileros pseudo adolescentes son abandonados
a su suerte en una ciudad desoladoramente soviética.
Una vez
mas Hollywood vendiendo humo, porque en lugar de decadencia y estatuas de Lenin
lo que encontré fue una ciudad bellísima, atravesada por el rió Danubio, vigilada
desde lo alto por un castillo sacado de algún cuento y que como toda ciudad
europea que he conocido hasta ahora mezcla lo antiguo y medieval con lo
moderno.
Ahora
bien, si el alemán me pareció un idioma complicado para hablar o entender no se
qué adjetivo usar con el eslovaco, una suerte de ruso pero que usa el alfabeto
latino, así es que casi todo siempre termina en "osky" o "rova".
"No
entiendosky un carajorova" podría decirse.
Resultado:
una vez más el ingles y el infalible lenguaje de señas sacándome de apuros. Es cuestión de darse mañas.
Lamentablemente
esta vez me toco hospedarme en un hostel, y no es que mi problema sea haber tenido
que pagar por el hospedaje, porque en esta parte de Europa, por suerte para mi
bolsillo, todo es mucho más barato en comparación con Italia, Austria o
Alemania.
El
asunto es que en un hostel lo normal es compartir el tiempo con gente que como
uno está viajando, así fue que mis conversaciones fueron con un chico danés, un
carioca, y una uruguaya (que como yo decidió
dejarlo todo y colgarse una mochila al hombro para darle la vuelta al mundo), entonces
poco pude aprender o compartir sobre la gente de Eslovaquia y su cultura.
La
jornada hoy fue un total fracaso, pase todo el día haciendo dedo al costado de
la ruta sin éxito, así que me va a tocar dormir en la estación de servicio, mañana
será otro día, ojala con más suerte del que se está yendo.
Ya hice
el "check in" en el banco mas cómodo que encontré fuera de la estación
y escondí mi mochila entre unos arbustos para descansar por un rato de tener
que cargarla a todos lados, mientras tanto me tomo un café y aprovecho del wi-fi
y del baño de la estación.
Es la
primera vez que fracaso tan rotundamente haciendo dedo, en mis viajes
anteriores por Brasil y Colombia mi pulgar siempre funciono mas que bien, pero
bueno, la vida es asi no siempre se puede todo, y no hay que desanimarse nunca
cuando las cosas no salen exactamente como lo deseamos.
Además
no tengo hay apuro de llegar a ningún lado por el momento, así que al mal dedo
buena cara.
Para
despedirme y antes de dejarlos con algunas fotitos quiero aportar mi granito de
arena a una causa que aunque hoy me toque vivirla desde muy lejos, la siento
cercana, porque aunque naci en Catamarca un pedazo muy grande de mi corazón es
bien cordobés y como tal amo sus sierras y su bosque nativo. Bosque que hoy está
siendo amenazado en nombre del progreso, pero no al progreso de los pueblos o
de su gente sino al progreso de unos cuantos y de sus capitales, todo a costa
de sacrificar lo más importante que existe, la vida, la tierra y la naturaleza.
Por eso
desde este humilde espacio le digo NO A LA AUTOVIA DE MONTAÑA, LAS SIERRAS NO
SE TOCAN, Y MI TOTAL APOYO AL PUNILLASO.
Murallas del Castillo.
Monumento a los soldados rusos caidos en batalla WWII.
Poniendole ganas a la selfie en la cima de la torre UFO.
Frente del Palacio principal en el Castillo.
Fuente del Jardin Imperial del Castillo.
Cortesia de mi amigo cubano, gracias por la foto!.
Si, el Castillo de nuevo.
Jardin Imperial.
Fuente frente al Palasio de gobierno
Torre UFO, desde ahi arriba la vista es espectacular.
Rio danubio visto desde el Castillo.
La Radio Comunista.





































